¡Una Funa, asesino!!!

Organizarse, reunirse, rearticularse, cuál es el sentido de agruparse en el contexto actual, cuál es el sentido de formar parte de un cuerpo y seguir, a pesar de todo, cuestionándose este presente desde la mirada que inexorablemente viaja a ese pasado común, pasado cada vez más nebuloso en nuestra sociedad, al que, cual historia bíblica, se nos enseña a no mirar, como si al hacerlo fuésemos a convertirnos en estatuas…. ¿de sal ?????…

Aún no entendemos cuál es la mal pretendida moraleja de esa lección que nos negamos a obedecer y tozud@s, como nos hemos construido en estos años, decidimos, optamos por esta sobrevivencia. Sabemos que querámoslo o no, formamos parte de este sistema, sabemos que nuestro lugar en él no es otro que el margen, la grieta… formamos parte de esa herencia que se inclina una y otra vez por la verdad, por la tan negada justicia, esa que no llega, porque tal vez simplemente no existe. Claro, no existe como aparato, como instancia social real, concreta; por eso entendemos nuestro rol como un resurgimiento para descorrer el velo de esa impunidad que se disfraza de reconciliación, de sonrisa victoriosa en un cuerpo que se acalambra de tanto mirar hacia el futuro, mientras se pretende imponernos que hagamos lo mismo. Y no es que no seamos capaces de mirar para delante, sí, también sabemos que desde el presente construimos futuro, pero uno más cierto, más nuestro, si se hunde en la raigambre de nuestra historia, la verdadera, la no oficial. Porque ese futuro será más verdadero si nace del reconocimiento y no de la negación de nuestros orígenes.

Por eso estamos aquí de nuevo…. para ser sincer@s esa sonrisa victoriosa nos resulta enmohecida, no le creemos al pacto democrático que se forjó con un apretón de manos en las cúpulas, y en esos renovados aires de nuestro gobierno en que un solo poder se instala en bloque: poder-económico-político-mediático, y deja caer su peso encubierto con capa de superhéroe, prometiendo luchar por la justicia del pueblo, de los más necesitados, en un abrazo fraterno, pero mientras da ese abrazo sigue guardándose los vueltos del país en el bolsillo perro de su traje desastre… (como dirían Los tres), lo siento, no les creemos, sabemos que para la derecha y para quienes se inscriben en ese pacto explícita o implícitamente, siguen primando los intereses personales; sabemos que el sabor de su victoria compartida por el obrero, la dueña de casa, albañil o el(la) cuidadora de autos que, ingenu@s, terminaron creyendo en la política del chorreo, que como él es empresario Chile va a estar mejor, vamos a ganar más plata, si yo escuché que dijeron que iban a dar más bonos…., ese sabor dulce de la victoria se irá haciendo cada vez más agraz, cada vez más amargo, hasta sentir el verdadero gustillo de la pócima que se bebió todo un país o, por lo menos un buen porcentaje…

Para nosotr@s ese triunfo no es más que otro signo de impunidad, porque la impunidad no sólo tiene que ver con el pasado; aun si se sepultara ese pasado y no se nos permitiera mirarlo, podríamos ver en nuestro presente un entramado de instituciones que funcionan, subsisten y lucran a partir del abuso. Entonces cobra más sentido y vigencia nuestro proyecto. Por todo ello aquí estamos!!!! Pero quiénes somos?…

No intentaremos definirnos, pero quizá lo que mejor nos represente sea el diálogo que se produce en algunas de las Funas realizadas, cuando los otrora violadores de derechos humanos, torturadores y asesinos que hoy intentan mimetizarse en la sociedad, se preguntan despavoridos al vernos abordarlos “Y qué es esto???????!!!!!!!!!!” a lo que en coro respondemos ¡una Funa asesino!!! y con esto queda claramente explicitado nuestro propósito.
Ese intercambio de palabras sintetiza nuestro sentido. En un país acostumbrado a encubrir y callar, nos ponemos de pie para marchar y enfrentar a quienes han logrado seguir adelante, y mirar el futuro, a pesar de ese terrible pasado. Y ese diálogo condensa nuestro sentido de pertenencia, nuestra identidad, simbólica y concretamente, no sólo en cada palabra pronunciada sino en la fuerza de la verdad que se dice cara a cara.

Machuca fierro